sábado, 29 de marzo de 2014
jueves, 27 de marzo de 2014
jueves, 13 de marzo de 2014
Leyenda de El Motín de la
Trucha
Corre
el año 1158. Zamora ha perdido ya el miedo a las razzias musulmanas y se ha
convertido en una ciudad pujante, con una actividad artesanal y comercial
importante.
Cada
día son muchos los que llegan a ella buscando trabajo desde las regiones
norteñas y aportando novedades técnicas y culturales desde las comarcas en
poder de los musulmanes. Esta expansión ha hecho que se esté terminando ya la
segunda muralla que mandó construir el rey Alfonso VII, pues la que había ordenado
erigir Fernando I ya hacía tiempo que era insuficiente para acoger a toda la
población que llamaba a sus puertas. No obstante, muchas pueblas de gran
vitalidad económica van a quedar extramuros, pero no hay dinero de momento para
más. Aunque gran parte de la actividad económica y mercantil está en manos de
esta gran masa de artesanos y comerciantes, a la que empieza a denominarse el
Común, el poder sigue en manos de la nobleza y del clero, también ampliamente
representados en la ciudad. Sus casas y palacios se agrupan en el núcleo más
antiguo de la misma, ése que va desde la Plaza Mayor al castillo.
Este
poder lo ejercen de diversas maneras, pero sus presiones sobre el pueblo llano
son más fuertes, a medida que ven que éste es más numeroso y más activo.
Los
abusos son cada día más frecuentes y de poco valen las protestas de los
Procuradores del Común ante el rey, cuando éste ha de apoyarse en los nobles
para sus campañas guerreras. Uno de los últimos privilegios que se habían
atribuido los nobles era la de poder entrar en el mercado los primeros para
adquirir los mejores productos y sólo a las diez de la mañana, cuando la
campana sonaba, podía entrar el resto del pueblo para comprar lo que ellos
dejaban.
Como
casi todos los viernes, uno de los zapateros de la ciudad ha cerrado su taller
para dirigirse al mercado y procurar algo de pescado fresco a partir de las
diez. Nada más oír la campana, el zapatero se lanzó por la puerta del mercado
hacia su pescadero habitual. Allí, entre el género dejado por los criados de
los nobles una trucha sanabresa, un auténtico milagro que había escapado a los
depredadores palaciegos. Pero cuando la estaba pagando, escuchó una voz que le
pedía esa trucha para su señor.
Era
la voz del mayordomo de Don Gome Alvárez de Vizcaya, uno de los hombres más
poderosos de la ciudad. Se habría dormido o, más bien, se habría quedado
jugando a los dados a los que tan aficionado era y había dejado pasar su hora
del mercado. Evidentemente, el zapatero no estaba dispuesto a perder presa tan
apetitosa para una vez que podía conseguirla. Por ello, se opuso violentamente,
llegando a zarandear al mayordomo. Éste, que veía perdida la batalla y con ella
la trucha, recurrió a los guardias que había vigilando el mercado, mandó
prender al zapatero por ofender a su señor y actuar con violencia contra él y,
por supuesto, metió en la banasta de uno de sus criados la trucha objeto de la
contienda.
Este
nuevo abuso no hizo más que soliviantar los ánimos de los allí presentes,
hartos ya de tanta injusticia. Al poco tiempo fueron sumándose más y más
ciudadanos que iban llegando indignados.
Se
empezó a hablar entonces de acabar con esa situación de opresión que duraba ya
tanto tiempo, de acabar con la tiranía de los nobles, que aunque estaban
armados y ellos no, eran inferiores en número. En medio de todo este tumulto,
aparecerá la figura de Benito “El Pellitero”; el procurador del común, el
representante del pueblo ante las autoridades.
Un
artesano que se dedicaba a hacer pellizas, cazadoras, conocido por su honradez,
religiosidad y sensatez, al que todos respetaban por sus decisiones. Él
intentará convencer a la plebe de la
necesidad de resolver el conflicto de manera pacífica, hablando con los nobles y apelando incluso al rey si éstos no hicieran caso.
necesidad de resolver el conflicto de manera pacífica, hablando con los nobles y apelando incluso al rey si éstos no hicieran caso.
Sin
embargo, en mitad de su discurso, otra voz comenzó a gritar que los nobles,
armados, se habían reunido en la iglesia de San Román y tramaban venganza
contra ellos. La oleada humana se movió como un resorte hacia esta iglesia,
sede y archivo de la nobleza zamorana. A través de las puertas podían oír que
había que ajusticiar a un centenar de amotinados, para que supieran quién
mandaba en la ciudad; que la culpa era del tal Benito; que sin éste cabecilla
el pueblo no sabría que hacer; que esto pasaba por darles tantas concesiones…
Esto
embraveció aún más los ánimos y los más osados fueron
ala Plaza de la Leña , junto al antiguo Palacio de doña Urraca, y
volvieron cargados de urces y escobas secas, junto a carros llenos de buenos
trozos de encina. Los lanzaron prendidos en la techumbre y por los huecos de
las ventanas. El humo y los gritos de los nobles encerrados se fundieron con el
estruendo del No pudiendo aguantar la situación, se abrieron las puertas y un
grupo de seis o siete jóvenes intentaron salir con las espadas desnudas; pero
no dieron más de cinco pasos y sus cuerpos quedaron atravesados en las
tornaderas que esgrimían los gañanes de los campos próximos. Entre los muertos
estaba el joven noble Ponce de Cabrera, hijo del todopoderoso “Príncipe de la
ciudad de Zamora” y principal valedor de los desmanes de la nobleza. Los demás
nobles prefirieron morir abrasados dentro de la iglesia a ser apaleados hasta
la muerte por el “populacho”. Mientras tanto, ante el asombro de los
sitiadores, las sagradas Formas salieron volando por una rendija del muro
Norte, yendo a refugiarse en la capilla de las Dueñas, próxima al palacio de
doña Urraca.
a
Aquí
permanecieron como objeto de veneración hasta que las monjas se mudaron de
casa. Hoy todavía se veneran en la iglesia de las Dominicas Dueñas, al otro
lado del Puente de Piedra, en el barrio de Cabañales.
A
continuación, la muchedumbre se dirigió al palacio de Don Gomez Álvarez de
Vizcaya, para liberar al zapatero y quemar el edificio. Cuando
se calmaron los ánimos, Benito fue el primero en darse cuenta que la violenta
revuelta que había protagonizado, tarde o temprano tendría su respuesta por
parte de Ponce de Cabrera y de la nobleza del Reino cuando se enteraran de lo
que en Zamora había sucedido. Por ello, se reunió con el resto de procuradores
y tomaron la decisión de ir inmediatamente hacia el Reino de Portugal, pues de
lo contrario su muerte era segura. Así, al amanecer del día siguiente una
multitud silenciosa y callada, de cerca de siete mil personas, comenzó a salir
de la ciudad en dirección a la salvación, Portugal.
)
martes, 11 de marzo de 2014
jueves, 6 de marzo de 2014
Ceip Nuestra Señora de la Candelaria
CARNAVAL "BAJO EL MAR"
Un
año más no podíamos faltar a nuestra cita con el Carnaval. Un mismo tema para
todo el centro, BAJO EL MAR, y el patio se llenó de
pulpos, pingüinos, calamares, medusas, caballitos de mar, delfines... Cada
curso, una especie de la fauna marina y, los profes, sobre el mar, de
islas solitarias.
¿Por
qué este tema? Porque conecta con la actividad de animación a la lectura que
estamos iniciando para este trimestre y por la que pasarán todos los alumnos. La
biblioteca de centro se está transformando en un galeón pirata en medio del
mar...
Al
ajetreo en aulas y pasillos siguió un pasacalles por en entorno del colegio. Ya
el año pasado acudieron muchos familiares, pero este año ha sido espectacular la
afluencia de público. Como siempre, padres, madres, abuelos... dispuestos a
participar, a crear y a dar vida a eso que llamamos "comunidad educativa". No en
vano, las tardes anteriores al viernes de carnaval las aulas del colegio
tuvieron una actividad inusitada con muchos padres y madres elaborando, con los
maestros, los trajes para el disfraz.
Passamos um bom bocado!
Ceip Fermoselle
CARNAVAL DIVERTIDO
Un año más celebramos el carnaval en nuestro cole. La temática fue libre por lo que cada niño vino de su casa con el disfraz que más le gustaba.
Los profes nos disfrazamos de astronautas realizando ellos mismos sus trajes con creatividad e imaginación y, sobre todo, con la ayuda de los niños.
Al ajetreo en aulas y pasillos siguió un pasacalles por el entorno del pueblo.
Como siempre, padres, madres, abuelos... dispuestos a participar y el AMPA preparó y nos invitó a toda la comunidad educativa a una chocolatada. Que rica!
Foi um dia inesquezível!
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